martes, 9 de octubre de 2012




Abastecerse en Cuba, la isla de la escasez 

Por Federico Rivas Molina


Una compleja red estatal de mercados incluye desde rudimentarios puestos en pesos cubanos hasta tiendas en "divisas", dignas de grandes economías capitalistas. Comercio en negro y militares, las estrellas del sistema.
En Cuba, cuando alguien se entera que han llegado productos nuevos a la isla se avisan entre ellos por teléfono para dirigirse inmediatamente al mercado porque así como un día llegan y hay, al otro día desaparecen. Es por esto, que la mayoría de cubanos se dedican la mayor parte de su tiempo en abastecerse.

Comprar un pedazo de carne, un litro de leche o algo tan simple como una pasta de dientes exige en Cuba una dedicación extrema, además de manejar códigos y saberes urbanos que garanticen no tan solo obtener el mejor precio, sino, también, encontrar lo que se desea en la intrincada red de shopping, tiendas, mercados agropecuarios, mercados populares en pesos cubanos o liberados en pesos convertibles (CUC, a razón de uno por dólar) con el que el Gobierno intenta garantizar el abastecimiento.
Son comunes en La Habana las largas filas frente a los llamados mercados en línea, los únicos que aceptan la cartilla oficial de racionamiento. Alguna vez base de la economía hogareña, estas pequeñas libretas otorgan hoy una ración casi testimonial. Cada mes, los cubanos reciben a precios mínimos tres kilos de arroz, dos de frijoles, medio litro de aceite, medio de café, harina, una caja de fósforos, leche en polvo, medio kilo de pollo, huevos y algunas pocas cosas más.
Si la necesidad es de frutas y verduras, se debe acudir a los mercados de oferta y demanda (MOD), donde el precio lo fijan los guajiros (campesinos) según la disponibilidad de productos. A diferencia de los de oferta y demanda, éstos dependen de la provisión oficial y apenas tienen productos. En ocasiones se reducen a un pequeño puesto que vende papas.

Mercado negro 

¿Pueden todos los cubanos abastecerse en estos centros de comercio capitalista? Por supuesto que no. "Dos veces por semana me llama una persona amiga que consigue todo lo que te imaginas del mercado negro. Me dice 'oye, que me ha entrado leche condensada'. La carne se la compro todita a él. Toda la mercadería la consigue de una empresa del Estado que abastece a restaurantes de lujo. A esos nunca les falta", explica Leslin.
Lo cierto es que el mercado negro es la gran estrella del sistema de abastecimiento cubano: se nutre en los canales oficiales, vende más barato que las grandes corporaciones estatales y satisface el gusto de una población que ya no desea sólo raciones de arroz y frijoles.








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